UNA BREVE HISTORIA SOBRE EL SIDA
SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), es una palabra que denota un conjunto de síntomas físicos y emocionales y que envuelve muchos conflictos, como el impacto spicosocial, los prejuicios y la discriminación social.
La historia nos cuenta que el SIDA fue reconocido oficialmente en el año 1.981 en los Estados Unidos. Hay estudios científicos que creen en la hipótesis de que la enfermedad ya existía desde la década de los 40-50. Para quien no lo sepa, en esa época había un número significativo de homosexuales en la cuidad de Nueva York, que presentaban una enfermedad (similar a la neumonía), llamada “sarcoma de Kaposi”, que dejaba el sistema inmunológico muy debilitado. No se tiene constancia de hasta qué punto esa enfermedad, sin clasificar, era contagiosa, infecciosa y trasmisible, y no se sabían las formas de contaminación, lo que generaba sentimientos de aprensión y miedo.
En 1986, un comité internacional recomendó (mediante investigaciones que comenzaron en 1983, con Luc Mointagner a la cabeza, que consiguió aislar el virus de un paciente con SIDA y estudiarlo), el uso de las siglas VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida), reconociéndose entonces como un virus infeccioso capaz de ser trasmitido por las personas. Mediante este descubrimiento aterrador, se comenzaron muchas investigaciones sobre cuales eran las formas de trasmisión, pues desde entonces el número de personas infectadas ha venido creciendo desenfrenadamente y de ahí la importancia y la urgencia de descubrir por qué medios las personas se estaban infectando. Esta sería la única forma de ayudar a la población mundial a prevenirse.
Hubo experiencias de laboratorio, aislando al VIH nuevamente, pero ahora con fluidos corporales como la saliva, las lágrimas y la orina. Estos estudios sólo trajeron confirmaciones del tipo de que la infección por medio de ese tipo de fluidos es muy baja. La gran confirmación rezaba que el virus puede ser trasmitido por vía sexual, sanguínea y vertical (de madre a hijo).
Según la ONU (Organización Mundial de la Salud), la forma más común de contagio es a través de las relaciones sexuales de los heterosexuales que no toman prevenciones, es decir, que no usan preservativos.
Habrán oído hablar de los grupos de riesgo, que son los homosexuales y en segundo lugar los usuarios de drogas inyectables, aunque eso eran prejuicios que ya están descartados.
Hoy hablamos de los comportamientos de riesgo, que se caracterizan por el mantenimiento de relaciones sexuales sin uso de preservativos (principalmente entre parejas heterosexuales en sus contactos íntimos) y hay un gran número de pacientes contaminados.
La trasmisión a través de la sangre es muy peligrosa para los usuarios de drogas inyectables, pues las jeringuillas son compartidas por varias personas y es allí donde está el peligro.
La trasmisión vertical, que es el contagio de la madre al hijo, tiene mayor incidencia en África, debido a la lactancia materna y a la gestación en el momento del parto.
El SIDA es una enfermedad que, por ser infecciosa y atacar directamente al sistema inmunológico del organismo de las personas, puede acarrear gravísimas consecuencias si no es detectado a tiempo y se recibe la medicación adecuada.
Cuando digo “medicación adecuada”, quiero señalar que todavía el SIDA no tiene cura, pero que la persona infectada puede llevar una vida normal.
Veamos esto de una forma más detallada.
El SIDA es una enfermedad causada por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), descubierto en 1986 por científicos estadounidenses que realizaron sus investigaciones aislando el virus en pacientes infectados. También descubrieron que el VIH era infeccioso y trasmisible, cosa muy importante ya que el virus crecía salvajemente.
El VIH destruye las células del sistema inmunológico las cuales no oponen casi resistencia, por tanto, es propenso a las infecciones oportunistas como la tuberculosis, neumonía, tumores malignos, linfomas.... De allí la importancia de medicarse correctamente para los infectados por el VIH, de protegerse y cuidarse ante su vulnerabilidad.
Hay que saber que las personas infectadas por el VIH, pueden estar mucho tiempo sin desarrollar la enfermedad. La persona puede estar contaminada y no presentar ningún síntoma y estar contaminando a la vez a otros.
¿Cómo es contagia el SIDA?
Todo cuidado es poco y como ya sabemos una de las principales formas de contagio es a través de las relaciones heterosexuales sin uso de preservativos. Elegir con quién se mantienen relaciones sexuales es fundamental, como también lo es el uso de preservativo, sea para mantener una relación vaginal, oral u anal.
Es SIDA no tiene cura y eso tiene que servir para alertar y cuidarse debidamente a la hora de mantener relaciones sexuales, principalmente cuando no e conoce bien a la pareja, cosa que hoy día sucede con mucha frecuencia.
A veces llego a pensar que por haber tanta propaganda para el uso del preservativo como forma de prevención del SIDA, hay también tantos cambios de parejas ya que el preservativo facilita las relaciones sin compromiso.
Aún así, el SIDA sigue creciendo y asusta ver que, aunque las personas saben como prevenirse, a la hora de hacerlo se dejan llevar por el placer sin pensar mucho en las consecuencias. Eso es un error absurdo.
Hablando minuciosamente, el SIDA se contagia a través del contacto con las mucosas sexuales, a través de la corriente sanguínea, por el esperma contaminado en relaciones sexuales sin preservativo, por transfusión de sangre o derivados, por compartir jeringuillas y agujas entre usuarios de drogas inyectables, donde hay un gran riesgo de personas portadoras del virus. El SIDA no se trasmite por un beso, abrazo, ni tampoco por la boca, por los toques (como algunos todavía creen), tampoco por compartir objetos como platos, cubiertos, copas..., por usar el mismo móvil, por sentarse en la misma silla, en fin, por convivir con alguien que tenga la enfermedad. Si no se tienen relaciones sexuales con esa persona, el riesgo de contagio es nulo.
Pero hay que decir que existen riesgos en el ambiente como cortes abiertos, heridas al aire, y si existe contacto con la sangre infectada... y si hay un accidente doméstico las personas sanas pueden contagiarse.
Hágase la prueba del SIDA si considera que debe hacerlo, y repítala al cabo de tres meses para una mayor seguridad. Sí al sexo seguro, Preservativo siempre, SIDA nunca.
Por Adriana Sommer da Costa Sexóloga |