Debido a sus formas eróticas asociadas a los órganos genitales, algunas plantas recibieron nombres que presuponían un posible efecto afrodisíaco. El nombre orquídea viene del griego “orchis: testículo), por ejemplo, se deriva de que esta flor tiene una raíz bulbosa (dilatada), doble, parecida a la bolsa que contiene los testículos humanos.
Pero, ¿qué hay de realidad en el mito respecto al efecto afrodisíaco de las plantas?.
En virtud de estas semejanzas, el médico griego Dioscórides, que vivió en el siglo I, estudió las propiedades farmacológicas de aproximadamente seiscientas plantas, considerando que las raíces de las orquídeas tenían efectos afrodisíacos. En su obra “De las cosas médicas” decía: Si la raíz fuera ingerida por los hombres, esta les hará procrear niños de sexo masculino, y si es comida por las mujeres, procrearán niñas.
Otra planta cuyo prestigio como afrodisíaco deriva, en gran parte, por su semejanza a las zonas eróticas, es el ginseng, originaria de Extremo Oriente. Este hecho evidencia que la creencia en el parecido de las formas  no se restringe al Mundo Occidental. Las raíces del ginseng presentan una bifurcación que las hace semejantes al cuerpo del hombre, de sus miembros inferiores. Ginseng en chino, significa “forma de hombre” que, ingerido o aplicada en los genitales, en forma de crema, ha estado incorporado en la medicina occidental durante milenios.
A principios del siglo XVIII, se descubrió en la provincia canadiense de Québec, al norte de los Estados Unidos, otra especie de gingseng llamada “Panax Quinquefolium”, esta planta también posee raíces semejantes al cuerpo humano. Curiosamente, grandes cantidades de esta planta empezaron a exportarse a Extremo Oriente y, a mediados del siglo XIX, los Estados Unidos llegaron a exportar anualmente, cerca de doscientas toneladas de raíces.
Un hecho curioso respecto a esta planta, fue constatado por los misioneros en Canadá que verificaron que el nombre dado a esta planta por las tribus indígenas establecidas en los márgenes de los lagos Eriê y Ontario “cosas de hombres innombrables”. Se sabe también que el gingsen era conocido por muchas tribus norteamericanas, y muchas de ellas lo usaban con fines medicinales.
Los Cheeroquees, habitantes de la región de Carolina del Norte, usaban una cocción de raíces de esta planta como medicamento contra cólicos y enfermedades menstruales, aunque no hay evidencias de que los nativos estadounidenses y canadienses lo utilizaran con fines afrodisíacos.
Actualmente, esta planta goza de gran prestigio como afrodisíaco, tanto en Extremo Oriente, como en mucho países occidentales.
Hay numerosos mitos sobre las plantas y sus poderes afrodisíacos. Muchas veces, su aspecto visual crea una imagen erótica sobre sus poderes estimulantes, en algunos casos hay un efecto positivo en la ingestión de esas plantas, pero es por la buena disposición sexual que es propiciada por el efecto beneficioso de las plantas sobre la circulación sanguínea y como fuente de energía.

Jonatas Dornelles
Antropólogo