EL SEXO Y LA JUVENTUD: PROBLEMÁTICA.

Una de las mayores preocupaciones para padres y educadores que se plantean cuando el niño entra en la fase de pubertad, y aún más en la juventud, es la problemática que acarrean las relaciones sexuales que los jóvenes tendrán a partir de entonces.
Es evidente que nuestros jóvenes comienzan sus primeras relaciones sexuales cada día más temprano y esto se convierte en gran problema cuando, en muchas ocasiones, la madurez psicológica que presentan , no es suficiente para poder discernir entre lo que se debe y no se debe hacer, ya que la madurez fértil comienza 4 ó 5 años antes que la emocional.
Hay mucha desinformación por parte de padres y educadores, que en muchas ocasiones y como fruto de la represión sufrida por ellos en su juventud, no saben como enfocar los problemas y educar a los jóvenes en materia sexual y hablarles claramente de las consecuencias que un mal comportamiento sexual conlleva.
Dicen las estadísticas, que anualmente casi 1 millón de jóvenes de menos de 20 años quedan embarazadas, esto supone que se trata de un 10% de las jóvenes que han practicado el sexo.
Cuando una joven queda embarazada sin desearlo se plantean varios problemas trascendentales: si decide seguir adelante con el embarazo, es en muchas ocasiones abandonada por su pareja, ya que esta se ve incapaz de hacerse cargo de la situación. Se truncan los estudios y todo lo que eso conlleva para el futuro desenvolvimiento laboral y la vida da un cambio de 180 grados para la joven.
Cuando la opción a la que se recurre es el aborto, se crean en muchas ocasiones problemas psicológicos que la adolescente arrastrará durante mucho tiempo, sin olvidar que el aborto es ilegal en muchos países y hay que hacerlo en sitios donde no se ofrecen todas las garantías sanitarias que se requieren.
Pero el mayor problema que se plantea al hablar de la juventud y el sexo, es la transmisión de enfermedades venéreas, sobre todo el sida(VIH), que es el gran azote de nuestros tiempos. Aproximadamente, la mitad de las infecciones de VIH que se producen, son entre jóvenes de 15 a 24 años.
Por todo esto, es imprescindible que los jóvenes tengan acceso a programas efectivos de prevención antes de que el sexo se convierta en una práctica peligrosa, para poder revertir las tasas de Sida.
El papel de padres y educadores es pues, fundamental, para que los jóvenes tengan una buena formación e información sexual, y la práctica del sexo no se convierta en un peligro para sus vidas.

Por Anne Griza
Sexóloga.