SEXUALIDAD FEMENINA TRAS EL PARTO.
Teóricamente, las mujeres ya han conseguido mantener relaciones sexuales inmediatamente después del parto. Las que han tenido un parto normal, son físicamente aptas para el sexo tras dos o tres semanas después del nacimiento del hijo y las que se han sometido a una cesárea, pueden tardar unas seis semanas hasta estar preparadas para el acto sexual.
Pero muchas mujeres no se sienten seguras de retomar esta relación sexual, mucho más por cuestiones psicológicas que por cuestiones físicas. Tener un bebé desorganiza toda la vida de la mujer y además de eso, existe ahora un nuevo ser que se disputa el espacio que antes era sólo de la pareja.
Físicamente, la mujer puede sufrir dolores vaginales durante el acto sexual. Esta situación puede darse porque la vagina todavía puede estar sensible debido a los puntos del parto. Si eso pasa realmente, es mejor olvidar la relación con penetración para que no haya riesgo de alguna infección o con la cicatrización de este periodo.
Con el nacimiento de un hijo, principalmente del primero, la vida de la mujer sufre cambios bastante significativos. Uno de ellos puede estar relacionado con el cuerpo. El aumento de peso durante el embarazo, puede hacer a la mujer sentirse poco atractiva para su pareja, y por esto evitar la relación sexual mientras que su cuerpo no esté en mejores condiciones. La preocupación por el cuerpo es mayor por parte de la mujer que del hombre. Es importante que la mujer piense que los kilos de más irán desapareciendo con el tiempo, ya que esta preocupación genera mucha ansiedad y baja autoestima que se pueden reflejar en otros aspectos de su vida.
La relación que la mujer establece con su bebé, principalmente en los primeros meses de vida es tan cerrada y exclusiva que, simplemente, no siente tanta necesidad por su pareja. Cuidar de su bebé es un placer tan grande, que sobrepasa al placer de la relación sexual. Madre y bebé se acaban complementando y eso puede interferir en la relación con el compañero, ya que este puede sentirse rechazado y distante de este sentimiento, llevándolo a un cierto alejamiento de su mujer y pudiendo esto generar en la mujer la idea de que no es deseada por su compañero. Este tipo de actitud termina por convertirse en un círculo donde uno culpa al otro por la falta de afecto.
El cansancio físico es otro componente que puede afectar a la vida sexual de la mujer. Un nuevo ser que necesita cuidados durante las 24 horas del día, quita la energía para la sexualidad. En las pocas horas que le quedan para el descanso, la mujer suele dedicarse a eso, dejando olvidado el sexo. También hay mujeres que están demasiado pendientes de cualquier ruido que el bebé pueda hacer, estando así menos dispuestas para la relación sexual.
Muchas mujeres pueden estar insatisfechas con la maternidad. La nueva rutina, el tipo de relación establecida con su compañero y las posibles pérdidas que puede estar teniendo, como por ejemplo tiempo, libertad, posible pérdida del trabajo..., traen infelicidad y este repercute en la falta de deseo sexual.
No se puede olvidar que la relación sexual no se compone solamente de penetración. Las caricias pueden ser muy placenteras y son un paso para que la mujer pueda sentirse más tranquila y sentirse nuevamente preparada para la penetración. Retomar la vida sexual puede ser muy delicado para algunas mujeres, pero es necesario que eso ocurra. Pueden aparecer dificultades, pero estas serán subsanadas si hay diálogo en la pareja y paciencia de ambos para entender que esto es sólo una etapa de sus vidas.
Por Anne Griza Sexóloga |