RELACIONES BASADAS EN EL SEXO.
Existe un dicho popular que dice: “los hijos no aseguran el matrimonio”. También se puede pensar algo parecido en relación al sexo. Muchas relaciones y matrimonios acaban basándose en este principio, no se puede esclavizar a las personas en una relación basada sólo en el sexo.
Hacer sexo es bueno y saludable, si hay amor, es todavía mejor. La mayoría de las personas lo sabe y, partiendo de este principio, una persona que usa su sexualidad para mantener a otra junto a ella, no la está usando de forma beneficiosa, sino que se está manteniendo una relación de esclavitud donde uno domina y manda en el sexo de la pareja.
Muchos hombres y mujeres pasan algún tiempo de sus vidas viviendo este tipo de relación. Permiten que sus parejas dominen la relación, subyugándose muchas veces a ellos y a sus deseos para no ser abandonados. Esta posición, lejos de ser fácil, es bastante difícil, pues si alguien necesita esto para mantener una relación, pasará inevitablemente por momentos de gran inseguridad y baja autoestima. Este tipo de sentimiento, tiende a deteriorar cada vez más una relación que ya era difícil.
Además, a nadie le gusta una pareja insegura en la cama, sin voluntad propia, que acepta todo lo que le proponen. La relación llevada a estos términos, inevitablemente se tiene que agotar, porque además del sentimiento de menosprecio por parte de la persona que se somete al otro, el que manda en la relación sexual tiene también sentimientos de sentirse obligado a estar con su pareja, con toda la carga depositada en él. Uno termina volviéndose esclavo del otro, cada uno con distintos propósitos, pero ambos insatisfechos.
Este tipo de situación es mucho más común de lo que se puede imaginar y está presente en todas las clases sociales. Cada persona puede tener sus motivos para subyugarse a su pareja, entre ellos: miedo a perder el amor del otro, quedarse solo y no encontrar a nadie más, el qué dirán los demás sobre el final de la relación, perder determinado status social, deseo de mantenerse el la comodidad del hogar... Pero, el principal sentimiento que lleva a alguien a pasar por esto es la inseguridad.
Cuando un individuo no está seguro de sí mismo, con sus cualidades y defectos, no consigue mantenerse en una relación estable, no consigue hacerla estable y usa muchas artimañas para mantener su relación, pudiendo ser el sexo una de ellas.
Al principio puede parecer fácil utilizar el sexo para mantener a su pareja junto a sí, pero con el tiempo y los otros problemas que el matrimonio deberá afrontar, todo este teatro creado por los dos tenderá a terminar. Ninguna relación saludable se mantiene sólo por el sexo, uno de los dos terminará desistiendo de su papel, que esclaviza y hace que la pareja sufra.
El sexo forma parte de una relación, pero no lo es todo. La vida a dos existe en la cama y fuera de ella. Si hay algún tipo de inseguridad frente a la pareja, el diálogo es la mejor forma de resolver todo. Si aún así la relación no mejorase, quedarse solo lo es lo peor del mundo. Se pierde mucho más en una relación insatisfactoria que intentando rehacer la vida.
Por Anne Griza Sexóloga |