Vamos a tratar el sexo anal, no tanto para quien ya lo conoce bien, sino más para aquellos que tienen la curiosidad y todavía no lo han hecho e intentaremos abordar con un lenguaje sencillo y accesible todo lo que la mujer necesita saber para vivir el sexo anal sin miedos, sin recelos, con los debidos cuidados. En primer lugar, la mujer tiene que querer, estar receptiva a querer probar, tener curiosidad, excitarse con sólo oír hablar de ello, porque todo esto ya ayuda a relajarse mentalmente ante la pavorosa idea se que el sexo anal está relacionado con el dolor, que es lo que más asusta a las mujeres. No debe hacerse sólo para agradar a la pareja, eso es perjudicial para la salud. En el sexo todo es aprendizaje, incluso el respeto mutuo. La primera vez puede ser muy extraña, pues es algo nuevo y lo nuevo siempre implica inseguridad y ansiedad. Para las que ya han practicado sexo anal y no les ha gustado, es importante que se lo digan a su pareja, pues en caso de que no lo hagan, él va a percibir su incomodidad y, de la misma manera, ella se frustrará tras cada relación. Es muy importante tenerlo claro, la primera penetración del ano duele, la segunda también, pero ya empieza a sentir gusto. Es a partir de la tercera penetración cuando puede empezar a parecerle placentero. Esto variará mucho según la capacidad de relajarse de cada mujer y de las técnicas de penetración de su pareja. Para el sexo anal, es necesario tener a mano algunos ingredientes fundamentales como son: el preservativo, que no puede ser cualquiera, sino uno muy reforzado que tenga un látex más grueso y que hace la relación más segura ya que el canal rectal, no tiene lubricación propia y el preservativo normal puede romperse más fácilmente por la penetración del pene en el ano. El lubricante debe ser a base de agua, es la mejor y más práctica forma de tener una penetración fácil. Puede encontrase en farmacias o sex-shops. Hay otros lubricantes en el mercado, pero sólo los que son a base de agua garantizan el que no se rompa el látex del preservativo. Abuse del lubricante. Las fantasías sexuales deben estar muy presentes en el sexo anal. Hay mujeres que se excitan más viendo a sus parejas con distintas ropas y accesorios. Usen y abusen de las fantasías, estas también ayudan a divertirse con el sexo anal, sin dar mucha cancha a las ansiedades y al dolor. Gustar y excitarse facilita bastante las cosas. Hay algunos juguetes que pueden ser comprados en tiendas especializadas, un buen ejemplo es esa cuerda con varias bolitas en tamaños graduales, que puede ser usada como preliminar de preparación para el sexo anal. También puede entrenar con ella cuando esté sola e irá acostumbrando al ano mediante la entrada de esas bolitas, que viene graduadas para esa adaptación anal. Una buena ducha, antes del sexo anal es siempre bien recibida y forma parte de una buena preparación, pues constituye el lavado del canal rectal. Las formas más usuales son, en la bañera, que además de dejar el cuerpo bien limpio, se debe enfocar el chorro de la ducha en el ano. Otra forma es limpiarse en el bidé. El hacer sexo anal cuando se está con diarrea, puede traer serios problemas. Lo ideal es tener los intestinos limpios, es decir, con las funciones intestinales regularizadas y haber evacuado antes de la práctica del sexo anal. Son muchas las mujeres que se preocupan de lo que sus parejas pueden encontrarse allí y se inhiben, incluso cuando ellos les intentan meter los dedos en el ano. Hay que entender que ellos saben donde les están metiendo los dedos y lo que allí se pueden encontrar. Esto no debe ser una fuente de preocupación, pues ellos saben dónde se están metiendo. Además, la introducción de dedos puede servir para facilitar la penetración, ya que va acostumbrando al ano con sus movimientos de vaivén, de entrada y salida del ano. Use y abuse de los preliminares. Muchos besos y lengua. Si a quien va a penetrar le gusta y no le importa, algunos besos en el área de actuación pueden facilitar la relajación, y como seguro que su pareja es una persona limpia, no hay ningún problema a la vista. La clásica postura del perrito, no es siempre la mejor para la primera penetración anal. Es mejor la postura de “cabalgar” ya que es más cómoda y la mujer puede ir sintiendo la introducción y graduándola como desee, retirándose y colocándose de nuevo. El sexo oral puede ser doloroso la primera vez, pero si se hace con cuidado (Y nunca a la fuerza, como algunos hombres piensan), voluntad, cariño y excitación, se vuelve una práctica placentera para las dos partes e incrementa el repertorio sexual de la pareja. Deseo que este artículo haya ayudado a aquellas que quieren probar el sexo anal pero que tiene dudas.
Adriana Sommer Sexóloga
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